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Abr
Off

Contener la oscuridad

Faust, la película checa de 1994. Una mezcla de realidad, reflejos, fantasía, y disfraz. Con un juego de marionetas antiguas, toscas y de madera, y un moldeado artístico de barro, sumados a los sonidos directos de lo más mundano y al enfoque en primer plano de lo que nunca deleita, consigue romper la barrera.

En un diálogo al final del largometraje, el protagonista habla con el diablo cara a cara para observar que la complejidad se instala hasta en la más mínima parte concebible de nuestra existencia. Consciente de la barrera del lenguaje, enfrenta la oscura idea de que solo podemos pensar lo que con este somos capaces de expresar. ¿Dónde están las emociones?, dice. Desde el otro lado del espejo se le advierte sobre su innatural deseo de saber, pues carece del poder de apreciar la grandeza última de lo ínfimo. Y así se plasma un camino de renacer, explorar y fenecer.
Un gran periplo. Muy recomendable, e incluso apropiada para una meditación colectiva.

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