Cuantitativo vs. Cualitativo: ¿Eterno Debate o Falso Dilema?
La distinción entre métodos cualitativos y métodos cuantitativos es una de las dicotomías que más debates ha provocado, y sigue provocando, dentro de muchas disciplinas. Por un lado, quienes defienden el uso de métodos cuantitativos suelen criticar a quienes defienden el uso de métodos cualitativos que los hallazgos de estos últimos carecen de rigurosidad y que por ello no son replicables. Si la evidencia que se aporta por medio de métodos cualitativos se basa en la intuición de una persona o grupo de personas, entonces, ¿cómo es posible que las personas que no comparten dicha intuición acepten esa misma evidencia? Por otro lado, quienes defienden el uso de métodos cualitativos suelen criticar dos cosas a quienes defienden el uso de métodos cuantitativos. Primero, que aunque sus hallazgos sean matemáticamente rigurosos y por tanto replicables, muchas veces sus análisis pasan por alto algunas características que son esenciales para comprender los fenómenos que pretenden explicar. Y segundo, que hay razones para no rechazar las intuiciones que podemos tener respecto a un fenómeno antes de llevar a cabo una investigación sobre el mismo. Estas intuiciones, aunque sean de carácter cualitativo, son indispensables a la hora de diseñar las hipótesis de partida, es decir, son un elemento esencial para formular las tesis que se pretenden probar o refutar en una investigación dada.
Este artículo es el segundo de una serie de artículos que iré publicando con #Avatar, en los que abordaremos algunos de los problemas y de los debates que nos hemos encontrado al aproximarnos, como humanistas, a campos de investigación de corte más científico o tecnológico como pueden ser las humanidades digitales, la lingüística de corpus, la inteligencia artificial o la filosofía experimental. El artículo que hoy nos ocupa es el primero de una serie en la que examinaré la relación entre métodos cuantitativos y métodos cualitativos. No pretendo tomar partido por ninguno de los dos enfoques, sino más bien defender un término medio entre ambos, abogando por la necesidad de usar tanto unos métodos como otros. Como se verá más adelante, el uso de ambos métodos puede conllevar lo que me gusta llamar ‘bucles virtuosos’, es decir, procesos de retroalimentación entre ambos métodos que se dan en el transcurso de la investigación y que serían imposibles si solo se usara uno de los dos tipos de método. Para mostrar la beneficiosa relación que puede existir entre métodos cuantitativos y métodos cualitativos, he elegido como caso de estudio la intersección entre la filosofía del lenguaje, disciplina predominantemente cualitativa y en la que ya he recorrido un largo camino, y la lingüística de corpus, disciplina predominantemente cuantitativa y en la que estoy dando mis primeros pasos. En el siguiente artículo nos adentraremos en el campo de la filosofía del lenguaje, específicamente en el campo de la filosofía experimental del lenguaje. Esta novedosa disciplina nació como un intento de introducir métodos cuantitativos en la filosofía pero, como veremos, el elemento cualitativo siguió presente de una manera u otra.